El romanticismo, una época basada en el sentimiento y la emoción.
Los sentimientos se veían de una forma sobre humana que revelaba al hombre un mundo desconocido que no tenía nada que ver con el mundo que le rodeaba, el romanticismo se desarrolla en todas sus artes, la música, la literatura, la poesia, la danza.
Desarrolla la música y el cromatismo de una manera predominante a lo largo del siglo XIX. Las historias eran mezcladas entre los humanos y los espíritus.
El romanticismo aparece a finales del siglo XVIII en Alemania con Goethe y Schiller, en Inglaterra con Lord Byron y Scott y extendiéndose por toda Europa a principios del siglo XIX en Francia con autores como Madame Staël, Lamartine o Chateaubriand.
En la música Beethoven fue uno de los primeros que se unió al movimiento romántico uno de mis favoritos del romanticismo oscuro es Edgar Allan Poe con su literatura de terror sobrenatural, pero eso es otra historia.
En la danza los artistas de la época soñaban con un arte revolucionario que alejara los demonios del Antiguo régimen, con un nuevo aire lírico, exótico mágico y sensual.
El Ballet romántico sustituye al ballet de acción del que Jean George Noverre fue su gran teórico, este periodo duro cerca de treinta años de 1815 a 1850.
Unos ejemplos del ballet romántico más emblemáticos entre muchos otros son La Silphide y el Escocés, Giselle, Coppelia, Napoli; al terminar su auge surgió el Grand Ballet Ruso.
Charles Didelot que fue discípulo de Noverre presenta el 1815 Flore et Zèphire en la Opera de París, en donde los bailarines flotaban en el aire ayudados por hilos de acero, fue un descubrimiento para el público que era la primera vez que veían la danza aérea o etérea
Madame Gosselin ya había innovado la danza dos años antes bailando sobre la punta de los pies, aunque anteriormente lo realizara la bailarina italiana Amalia Bugloni, aunque en realidad no se sabe con certeza el orígen de bailar en pointe.
La técnica en pointe generaba sobre el escenario un desplazamiento etéreo y misterioso, y ello aunado al auge del romanticismo propició que fueran llevadas a escena principalmente historias pobladas por hadas, espíritus, sílfides, willis, sombras o fantasmas, seres etéreos que se mezclaban con los humanos.
El ballet romántico abandonó progresivamente los mitos de la Grecia antigua, para basarse en la Mitología nórdica poblada de elfos, ondinas y trolls. Es el reinado de la bailarina, pálida y etérea, encarnando la nostalgia y la melancolía, vestida con vaporosos tules, gasas, telas de organza, muselinas y coronadas de flores del campo.
El bailarín queda en Francia reducido a su cometido de porteur poniendo de relieve la gracia y la delicadeza de su pareja.
El primer gran ballet romántico fue La Sílfide, estrenada en la Ópera de París el 12 de marzo de 1832 por Filippo Taglioni y representada por su hija Marie Taglioni.
Es la apoteosis del ballet blanco, que triunfará durante treinta años.
Ballet'secrets
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